Hosea 7

La iniquidad de Israel

1
1. Israel, Efraím y Samaria son sinónimos que designan el reino del norte con su capital Samaria. Este discurso profético se dirige de nuevo contra los jefes de ese reino desordenado que en vano busca auxilio por medio de alianzas con otros pueblos.
Al curar Yo a Israel,

se ha descubierto la iniquidad de Efraím

y la perversidad de Samaria:

practican la mentira;

por dentro hay ladrones,

y por fuera roban bandidos.

2No piensan en su corazón

que Yo me acuerdo de todas sus maldades.

Ahora los rodean sus obras

que están ante mi vista.

3
3. Los versículos siguientes se refieren al espíritu rebelde e infiel de los habitantes del reino de Israel. Se asemejan a un horno cuyo fuego vuelve a encenderse cada mañana. Así, p. ej., celebran grandes fiestas en honor de sus nuevos reyes y los aplauden con orgías, mas al día siguiente encienden nuevamente la llama de la revolución (cf. I Reyes 15, 8-31). Bover-Cantera dice en la nota: “El versículo suele modificarse y verterse muy diferentemente, y su texto parece referirse, bajo esa comparación del panadero, a la simulada actuación de los conspiradores antes de cometer su atentado.”
Regocijan al rey con sus perversidades,

y a los príncipes con sus mentiras.

4Son adúlteros todos,

como horno encendido por el hornero;

este cesa de atizar (el fuego),

mientras se amasa, hasta la fermentación.

5En la fiesta de nuestro rey,

los príncipes loquearon tomados de vino;

y él tendió su mano a los burladores.

6
6. Texto oscuro, que ha sido corregido de muy diversas maneras, sin que se haya logrado explicarlo satisfactoriamente. El profeta parece referirse a las conspiraciones contra los últimos reyes de Israel que murieron por traición.
Porque ellos se acercaron,

siendo como horno su corazón

mientras le acechaban.

Toda la noche durmió su hornero,

y a la mañana el (horno) ardió

cual llama abrasadora.

7Todos están encendidos como un horno;

devoran a sus jueces,

todos sus reyes han caído;

no hay entre ellos quien clame a Mí.

Las vanas esperanzas en Egipto y Siria

8
8 ss. Esa torta, a la cual no se ha dado vuelta, es medio pan y medio masa, medio cocido y medio crudo. Así el pueblo del reino de Israel es medio pagano y medio israelita; en su política exterior es parecido a un anciano que a pesar de sus años no ha adquirido sabiduría (versículo 9). Las revoluciones se siguen una a otra después de la muerte de Jeroboam II (743). Su hijo Zacarías fue asesinado; Sellum, sucesor de Zacarías, murió asesinado por Menájem.
Efraím se ha mezclado con los pueblos;

Efraím es una torta a la cual no se ha dado vuelta.

9Los extranjeros han devorado su fuerza,

y él no se dio cuenta;

también las canas se esparcieron sobre él

sin que lo advirtiera.

10La soberbia de Israel se manifiesta en su misma cara;

pero no se convierten a Yahvé su Dios,

y con todo esto no lo buscan.

11
11. Israel es como una paloma que ha perdido el sentido de orientación, por lo cual busca ayuda, ora en Egipto, ora en Asiria o en Damasco.
Efraím ha venido a ser

como una paloma tonta

y falta de entendimiento:

llaman a Egipto, acuden a Asiria.

12
12. Según lo anunciado en sus asambleas: Es decir, por medio de los vaticinios y amenazas de los profetas.
Pero mientras vayan,

tenderé sobre ellos mi red;

los haré caer cual ave del cielo;

los castigaré según lo anunciado en sus asambleas.

13¡Ay de ellos porque se han apartado de Mí!

¡Ruina sobre ellos, por cuanto contra Mí se han rebelado!

Yo iba a salvarlos,

pero ellos hablaban mentiras de Mí.

14
14. Gimen sobre sus camas. Otra traducción: ululan junto a sus altares: pidiendo con gritos a sus dioses que les salven las mieses. Se preocupan: Los Setenta: se hacen incisiones. Los idólatras usaban ese rito (III Reyes 18, 28 y nota; Jeremías 16, 6) para ganarse la benevolencia de sus dioses. La Ley lo prohibía (Levítico 19, 27 s.; Deuteronomio 14, 1).
Y no me invocan de corazón

cuando gimen sobre sus camas;

es por el trigo y el vino

por lo que se preocupan;

así se apartan de Mí.

15Yo les he enseñado,

he dado vigor a sus brazos,

pero ellos maquinan contra Mí el mal.

16
16. Como arco engañoso, que hiere al que lo maneja (San Jerónimo). Nácar-Colunga da a este versículo una traducción muy diferente: Se vuelven hacia los que de nada sirven, se han convertido en arco engañoso. Los príncipes perecerán a la espada por sus insolentes bravatas.
Vuelven a sacudir el yugo,

son como arco engañoso.

Sus príncipes caerán a espada,

en castigo de la saña de su lengua.

Por eso se mofarán de ellos en la tierra de Egipto.
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